Como perder un partido sin saltar al campo

No soy entrenador, ni pretendo serlo. No soy estudioso de la táctica, ni pretendo serlo. Entiendo que cuando te enfrentas a un equipo tan potente como el F.C. Barcelona, las posibilidades de vencerle son mínimas, pero hay que intentarlo.

El Real Zaragoza sufrió una dolorosa derrota (6 - 1) frente al Barça. Lo inquietante no es el marcador. Lo duro es la imagen mostrada.

Se pueden encajar seis tantos en 90 minutos, pero nunca te pueden meter un gol antes de saltar al césped. Al F.C. Barcelona hay que jugarle como a cualquier equipo. Esa es la conclusión que tengo. Para qué sufrir defendiendo en tu propio campo, robando la bola casi al borde de la frontal y tener todo el campo por recorrer, si al final te acaban ganando. El Real Zaragoza debía haber jugado con la frescura y libertad de los partidos de siempre. Jugar con dos delanteros que presionen en cuarto de cancha del rival. Hay más espacios en el centro del campo. Pues sí, pero al menos puedes ver disfrutar a tu equipo y aunque te metan 12 tu tienes la posibilidad de meter goles y, lo más importante, no traicionar a la afición.

A todo aficionado le da igual que le metan seis o le metan doce. Nos duele que cuando el equipo va perdiendo por 3 goles a 0 en el descanso, al comienzo de la segunda parte el equipo seguía defendiendo en su campo y mostrándose como un equipo inferior. Como un equipo perdedor. El Real Zaragoza cuando iba perdiendo por tres goles, se limitó a mantener el resultado. Claro que es imposible remontar un tres a cero al Barça en su campo. Pero dar la cara es algo obligado.

Como he dicho a la afición no le duele que te metan seis goles. Te duele que los jugadores y el cuerpo técnico no aparecieran por Barcelona. Te duele llegar a las 4 de la madrugada a Zaragoza y saber que tú lo has dado todo, has animado y gritado, atacado y defendido a tu ciudad. Ellos se limitaron a dar la espalda a la historia y hacerse los muertos. Yo no creo en los fantasmas, pero el domingo me encontré con uno.