Esta metáfora puede aplicarse al Real Zaragoza. Como comenté en la anterior entrada, la plantilla zaragocista fue un fantasma que apareció en el césped barcelonista. Ahora, Marcelino García Toral debe recomponer la confianza en la plantilla. "Levántate y anda", le dijo Jesucristo a Lázaro. Eso mismo, tiene que decir Marcelino a sus jugadores. Eso sí, el entrenador no debe traicionar nunca más sus principios como hizo el pasado domingo.
Mañana el Real Zaragoza inicia su andadura por la competición histórica y más importante en las vitrinas del club. La Copa del Rey que personalmente es un clavo ardiendo al que la ilusión se aferra en un año que es para sufrir. Esta temporada se puede repetir el éxito del año 2004. Esa temporada el zaragocismo regresaba a la élite tras su paso paso por 2ª División. En esa edición de la Copa del Rey vencímos a los 'Galácticos' del Real Madrid. El momento más feliz de mi vida futbolística. ¿Por qué no repetirlo? Es la ilusión de una temporada en la que esperemos no sufrir tanto en liga como lo hicimos en 2004.
Ahora el Zaragoza tiene que hacer honor a su nombre. Tiene que ser un equipo Real.
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